martes, 27 de mayo de 2008

Reflexión sobre la filosofía cómo y dónde

Llegó el momento de la reflexión, qué decir?

El 71 % de los que pasaron por este blog y pudieron votar optaron por la filosofía en soledad, yo misma elegí esa opción.

Puedo decir por que motivo, personalmente, prefiero la soledad inexorable de mi mente, el silencio y la ausencia. Aunque soy consciente de que no todos ni en todo momento preferimos esto.

Actualmente me siento frente a un mundo sobrado, egoísta y apegado a los objetos de los sentidos, muy lejos de una disposición de recibir en su verdadero espíritu una moral sublime. “Pues, a no ser que el hombre persevere formalmente en su empeño de lograr el conocimiento de sí mismo, jamás prestará complaciente oído a reflexiones y enseñanzas de tal naturaleza.”

El conocimiento se ha vuelto una herramienta más de producción para la obtención de bienes materiales, para obtener poder jerárquico dentro de lo social, sirve para pisar a los que están alejados de este pseudo-saber. Se ha convertido en una acumulación de cosas aprendidas y somos poseedores de cosas que otros pensaron, nos aferramos a ellas y las damos con cuentagotas.

“El nombre del primer Vestíbulo es Ignorancia (Avidya)”. Y ahí estamos muchos, sentados en nuestras cómodas teorías, memorizando taxonomías que desvirtúan todo saber.

“Es el Vestíbulo en que tú viste la luz, en que vives y en que morirás.”

“Los SABIOS no se detienen jamás en los jardines de recreo de los sentidos.”

“Los SABIOS desoyen las halagadoras voces de la ilusión.”

“Lucha tan sólo contra lo personal, lo transitorio, efímero y perecedero.”

“Mata en ti mismo todo recuerdo de pasadas experiencias. No mires atrás, o estás perdido.”

No mirar atrás no es desconocer la historia, esta sabiduría que se trasmitió de boca en boca necesita el reconocimiento del pasado. No mirar atrás es no aferrarse al pasado sino superarlo para poder seguir adelante, el hombre cambia, se perfecciona si así lo desea, si se aferra a su ignorancia pasada y a sus deseos insatisfechos no puede seguir caminando, queda estancado en lo que no fue y por ende es una ilusión.

“¡Ah! Triste cosa es que todos los hombres posean Alaya, que sean uno con la Alma grande, y que, poseyéndola, Alaya les aproveche tan poco.”

El hombre, lo acepten o no, pertenece a un universo que desconoce, tiene una energía universal que le da vida, es parte del un cambio que le resulta inasible. Negando este principio niega sus propias posibilidades de superación.

“Ve en busca de los Senderos. Pero, oh lanú, sé limpio de corazón antes de emprender el viaje.”

“Antes de dar el primer paso, aprende a discernir lo verdadero de lo falso, lo siempre fugaz de lo sempiterno. Aprende sobre todo a distinguir la Sabiduría de la Cabeza, de la Sabiduría del Alma; la doctrina del «Ojo», de la del «Corazón».”

La doctrina del corazón es la que nos hace ser uno con lo universal y con el otro.

“Las semillas de Sabiduría no pueden germinar y desarrollarse en un espacio sin aire. Para vivir y cosechar experiencia, necesita la mente anchura y profundidad y fines que la atraigan al Alma-Diamante. No busques tales fines en el reino de Maya; remóntate por encima de las ilusiones, busca al eterno e inmutable Sat, desconfiado de las falsas sugestiones de la fantasía.”

Mientras la sabiduría siga siendo esclava de la ideología capitalista y siga aferrada a lo material no hay posibilidad de progreso, ni individual ni mucho menos social, cambiando al sujeto se llega a cambiar la sociedad, nunca podría ser al revés. Se parte de uno mismo, de lo interior a lo exterior. Hablo de lo interior a lo exterior para que se entienda el tránsito.

“¿Te abstendrás de la acción? No es así como alcanzará tu alma su libertad. Para llegar al Nirvana, debe uno conseguir el conocimiento de Sí mismo; y el conocimiento de Sí mismo es hijo de las buenas obras.”

El crecimiento interno se da en el desarrollo externo, no hay negación de lo externo sino interiorización e interrelación.

“Si pretendes lograr dulce paz y reposo, discípulo, siembra con las semillas del mérito los campos de las cosechas venideras. Acepta las miserias del nacimiento. Pasa de la luz del sol a la sombra para hacer más sitio a otros. Las lágrimas que riegan el árido suelo de dolores y tristezas, hacen brotar las flores y los frutos.
Vivir para el bien de la humanidad, es el primer paso. Practicar las seis virtudes gloriosas, es el segundo.”

Para cerrar mi opinión, frente a la imposibilidad de crecer dentro de la realidad que la sociedad actual me propone, dentro de estas economías de mercado que me destrozan los nervios, dentro de este egoísmo, dentro de esta maquinaria armada que no deja espacio a otro tipo de pensamiento, que no da lugar al desarrollo espiritual. Frente a esta realidad de plástico de narices hechas, de bellezas más artificiales que el nylon, de categorías inexistentes, me repliego y me aíslo, me quedo en la soledad de mi alma, mi música, mis libros y en el abrazo eterno de mi madre sombra. La sociedad no me ha dado nada digno por lo cual salir de aquí, espacio que comparto con sólo alguno “maigos”.

Y si me acusan exacerbados de solipsista, bienvenido sea.

domingo, 25 de mayo de 2008

Los límites del liberalismo

Estaba leyendo un texto sobre los límites del liberalismo, y encontré muchas cosas que me resultaron interesantes para dejar aquí y que surjan cuestiones y planteos.

Primer límite del liberalismo:

La crisis del individuo: el individualismo elevado a Moral y su lucha contra la historia.

“El individuo contemporáneo posee una aversión en relación al pasado. Su lugar es un presente que lo deja perdido al no poder medir sus acciones y valores a través de eso que lo precedió.

Para Bellah uno de los primeros síntomas de la crisis de la historia puede ser encontrado en la ignorancia de muchos de los individuos por él entrevistados en Habits of the Heart en relación al propio pasado:

En nuestra sociedad, que mira siempre hacia adelante, somos más capaces de hablar del futuro que del pasado, nos es más fácil imaginar que nuestras diferencias son, en gran medida, consecuencia de un conflicto de intereses actuales. No obstante, incluso en el debate sobre nuestro futuro, la presencia de la tradición cultural, con sus diferentes componentes, es aún muy fuerte y nuestro diálogo sería mucho más acertado si fuéramos conscientes de este hecho[1]

Vivir el momento es la pasión dominante: vivir para uno mismo, no para nuestros predecesores o para la posteridad. Estamos perdiendo en forma vertiginosa un sentido de la continuidad histórica, el sentido de pertenencia a una secuencia de generaciones originada en el pasado y que habrá de prolongarse en el futuro.[2]

¡Carpe diem! Éste parece ser el imperativo de la sociedad contemporánea. Vivir sólo en el presente supone, en este caso, un silencio en relación al pasado. Silencio que atenta directamente contra la creación de sentido y sobre todo contra el conocimiento del bien que nos antecede y nos informa como individuos y sociedad.

La relatividad moral se convierte de este modo en un imperativo categórico a medida del narciso.

Según Bellah nos encontramos frente a un profundo impasse, por el hecho que el individualismo moderno parece proponer una forma de vida que no es concretizable, ni individualmente, ni socialmente, y un regreso a las formas tradicionales significaría regresar a discriminaciones y opresiones intolerables.”[3]

Parecería ser que nos movemos entre extremos que parecen irreconciliables. Los que me conocen ya saben que soy partidaria del neo-aristotelismo, no hace falta que haga aclaraciones al respecto.

Los términos medios son los que nos mantienen dentro de los valores necesarios para funcionar de manera individual y social, somos sujetos políticos, no existe la posibilidad del sujeto individual que se genera al margen de toda construcción social. Un ser humano necesita para subsistir un núcleo de seres que lo críen. Supongo que la mayoría conoce la historia de las chicas que fueron criadas por lobos y que hábilmente utiliza Maturana para demostrar que, por más que todos tengamos una naturaleza común y la posibilidad biológica de desarrollar el lenguaje racional, sólo nos desarrollamos como seres lingüísticos y pensantes en sociedad.

Con esto voy a lo siguiente, el desarrollo del potencial individual es fundamental para la felicidad del individuo, una persona que tiene una visión teleológica de la vida ética apunta al bien y a la felicidad. Pero esto no se da de manera aislada, la sociedad está presente y favorece o no este desarrollo.

¿Por qué en este momento se plantean estas dificultades de individuos-individualistas solipcistas-narcisistas-hedonistas? Nos olvidamos de la sociedad, la sociedad se olvidó de nosotros.

¿De dónde surge la crisis y por qué el repliegue?

¿Son irreconciliables estos extremos?



[1] R. Bellah, Hábitos del corazón, 47-48.

[2] CH. Lasch, La cultura del narcisismo, 23.

[3] Op. Cit. Pág, 191

jueves, 22 de mayo de 2008

Conocerse a uno mismo en el amigo


“Si alguien, mirando a su amigo (phílos), ve qué es y de qué carácter, el phílos -si imaginamos la philía más intensa- le parecerá un segundo yo, como en el dicho «éste es mi segundo Heracles». Así pues, ya que, como han dicho también algunos sabios, conocerse a sí mismo es lo más difícil y también lo más agradable (pues conocerse a sí mismo es agradable) –es más, no podemos estudiarnos a nosotros mismos desde nosotros mismos, como es evidente por los reproches que dirigimos a los demás sin darnos cuenta de que nosotros hacemos las mismas cosas- y esto se debe a los prejuicios o la pasión, que a muchos nos oscurecen la exactitud del juicio; por tanto, así como cuando deseamos ver nuestro rostro nos miramos en un espejo, de forma similar cuando queremos conocernos a nosotros mismo miramos al phílos. Porque, como decimos, el phílos es otro yo. Por tanto, se es agradable conocerse uno mismo y no es posible conocer esto sin tener a otro como phílos, la persona autosuficiente necesitará la philía para conocerse a sí misma (1213ª 10-26).

Como todos sabemos darnos cuenta de nuestros errores es mucho más difícil que ver las faltas ajenas. Una buena amistad nos permite llegar a conocernos en el otro, y hacer autocrítica, el amigo es como un espejo en el cual vemos reflejadas aquellas cosas que nos van a hacer crecer y madurar en una relación de intercambio abierto y basado en el ideal de vida buena y de bien para el ser amado.

En este caso, el modelo es un ser semejante, “similar a nosotros en carácter y aspiraciones”[1]. La relación se desarrolla en un intercambio basado en inquietudes similares. Aristóteles llega al punto de afirmar que uno se interesa por cosas que antes no, sólo por favorecer la relación de amistad y ayudar al amigo.

Para que esta amistad funcione debe haber un vínculo establecido a partir del común afecto y además de una convivencia, ya que es la experiencia vivida en común la que nos hacer avanzar en el conocimiento de las cosas y en el auto-conocimiento.

Hoy en día, cuántos podríamos decir que nos tomamos el tiempo necesario para estas cuestiones, que eran tan fundamentales para el estagirita, con una finalidad de crecimiento que nos lleve a la sabiduría.



[1] Nussbaum

martes, 20 de mayo de 2008

Las razones del amor, Harry G. Frankfurt.


Parte en el segundo capítulo, del tan trillado problema; si dos mujeres se están ahogando, una es la mujer del hombre que está viendo la situación y la otra es una desconocida, ¿a quién debería salvar? Lo primero que pensamos, si tenemos un sentido del humor un poco sarcástico es; salva a la desconocida, bueno, esto que en principio parece una broma ha generado controversias sobre las condiciones del matrimonio de ese hombre, si era por interés, si se peleaba con su mujer, si no recuerda que estaba casado, etc.

Para evitar todas las objeciones, el autor, decide sencillamente que el hombre debe salvar a una de las dos, una es una desconocida y la otra es la mujer a la que ama, y punto. Si la ama realmente no cabe la posibilidad de duda ni de ningún tipo de pensamiento reflexivo, se tira a salvarla (yo diría, incluso aunque no sepa nadar).

Por qué sucede esto, por qué amar a alguien es querer lo mejor para esa persona y ante la inminencia del peligro tendemos a protegerla. “En sí mismo el amor es, para el amante, una fuente de razones”.