- No se preocupe señor, nosotros lo llamaremos.
- ¿Ustedes quienes? Si yo estoy hablando con usted.
- Me refiero a la empresa señor…
- Ah! Entiendo
- No se preocupe entonces, yo lo llamo.
- ¿Usted está segura de que va a llamarme?
- Sí, por supuesto, si cumple los requisitos los llamaremos.
- Entonces no puede estar segura pues no sabe si los requisitos se cumplen o no.
- Está bien señor, es una manera de decir…
- ¿Usted se refiere a algo así como un uso del lenguaje?
- Sí, claro.
- Pero ese uso permite la introducción de una afirmación falsa. Lo correcto sería decir: alguien de la empresa se pondrá en contacto con usted si cumple las condiciones. -Silencio-. Usted en definitiva me dice que “van” a “llamarme” y no sabe si eso será así o no. Me está mintiendo. Ahora estoy verdaderamente preocupado.
- Exagera usted, le dije que es una manera de decir.
- Señorita, por favor, devuélvame mi currículum.
- Lo lamento, pero ya es documentación de la empresa.
- Pero yo no quiero trabajar en una empresa de mentirosos. El lenguaje no puede usarse como se usa una corbata amarilla para estar a la moda. No es una cosa ni es vacía.
- ¿De qué corbata me habla usted?
- Usted no entiende nada, habla pero no piensa lo que dice, ¿no?
- No se preocupe señor, nosotros lo llamaremos.